Este miércoles 27 de enero, México perdió a uno de sus más luminosos juristas, cuya obra académica es pilar indiscutible en el estudio del Derecho en Latinoamérica: Héctor Fix-Zamudio. Con él, la Universidad de Sonora también pierde a un integrante de su claustro de doctores Honoris Causa. Falleció a los 96 años.

En su generoso trayecto de vida, a Héctor Fix-Zamudio pudo vérsele al menos en dos dimensiones: una asociada con el ejercicio del Derecho, su formación de origen, en el que sobresalió día tras día. Su amplia trayectoria da fe de que cursó estudios de Licenciatura y Doctorado en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México, recibiendo los máximos honores durante su formación académica, lo que le permitió integrarse a la práctica profesional en los tribunales judiciales federales, y desempeñarse como titular de órganos y organismos administrativos internacionales.

En sus más de 60 años de actividad profesional, académica y administrativa, destacó como juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, titular de la Subcomisión de Promoción y Protección de Derechos Humanos, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM, miembro de la Comisión Dictaminadora de Ciencias Sociales y Humanidades del Sistema Nacional de Investigadores.

Asimismo, fue profesor tanto de licenciatura como de posgrado en la UNAM, y miembro distinguido de El Colegio Nacional en diversas materias jurídicas. En forma paralela, desarrolló actividades en el campo de la investigación, que fructificó en más de 400 publicaciones, entre las que figuran libros, artículos, ensayos monográficos, traducciones, prólogos y presentaciones.

Por sus méritos sobresalientes fue invitado a dictar conferencias en varias escuelas y facultades de Derecho, tanto en México como en Alemania, Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, España, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Italia y Venezuela, entre otros países.

Recibió una enorme cantidad de distinciones por su actividad académica e investigativa que lo hizo merecedor a ser reconocido como Miembro de la Academia de la Investigación Científica en 1962.

El Doctor Fix-Zamudio fue socio fundador del Instituto Mexicano de Derecho Procesal; miembro honorario del Instituto Español de Derecho Procesal; socio numerario del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal; miembro de la Asociación Argentina de Ciencia Política; miembro de la Academia Brasileira de Ciencias Jurídicas; miembro del Instituto de Derecho Constitucional y Política de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, y miembro de la Unión de Profesores para el Estudio del Derecho Procesal Internacional Comparado y de Arbitraje de la Universidad de Würzub, Alemania.

Entre los reconocimientos recibidos por su fecunda trayectoria, tanto en la investigación como en la academia, destacan el premio otorgado por la Academia de la Investigación Científica, en 1962; además, recibió el Premio Nacional de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía; la presea José María Luis Mora, del Estado de México; la medalla Jesús Silva Herzog, otorgada por la Delegación Coyoacán; la Cátedra Patrimonial Nivel I, otorgada por la Secretaría de Educación Pública y el Conacyt; el Premio Nacional de Jurisprudencia; la medalla Belisario Domínguez, del Senado de la República, y el Premio Internacional Justicia en el Mundo, de la Unión Internacional de Magistrados.

La otra dimensión en que puede ponderársele a Héctor Fix-Zamudio hoy es la permanente sensibilidad y compromiso social en su actuar. Su formación humana se inspiró en una vocación que se basaba en el ser y que asumía la práctica del Derecho como una experiencia colectiva, una búsqueda constante de la excelencia y, sobre todo, de relaciones humanas, de esperanza de transformación de las sociedades mediante la certeza de la legalidad.

Por ello fue considerado el jurista mexicano más reconocido en el mundo y uno de los humanistas iberoamericanos de mayor influencia, querido y respetado en el derecho público de nuestro tiempo.

“Es el caso típico del hombre estudioso, serio, que no se conforma con lo hecho, sino que siempre quiere hacer más, que ha recibido gran cantidad de honores y distinciones sin que haya variado un ápice su manera de ser, su humildad frente a la vida, su sencillez en el trato, su sentido del humor y su generosidad para con todos los que se acercan a él... se trata de alguien que no se ha mareado en la altura”, señalaron sus colegas, alumnos y amigos en repetidas ocasiones.

La Universidad de Sonora, en armonía con las palabras de quienes recibieron su conocimiento y disfrutaron de su bonhomía, le otorgó el día 29 de septiembre de 2010, el grado de Doctor Honoris Causa como reconocimiento a su renovado esfuerzo por apuntalar y concentrar acciones que permitan construir ciudadanía, no sólo desde la investigación social, sino otorgándole un papel verdaderamente central a las demandas del ser: uno de los esfuerzos del Doctor Fix-Zamudio.

Y al mismo tiempo fue un homenaje al Derecho como razón de ser, al talento, a la entrega y a la tolerancia, a la perseverancia, a los sueños y a la humildad. Un testimonio respetuoso al hombre que apostó a la esencia y a la dignidad, al ser humano que formó parte de las generaciones que el siglo XXI necesita para enfrentar las posturas de una incertidumbre social cada vez más amenazante.

Descanse en paz Héctor Fix-Zamudio.